El dolor de cadera en personas jóvenes y activas, especialmente deportistas, no siempre se debe a lesiones musculares o esguinces. A menudo, la causa subyacente es una afección que ha ganado relevancia en los últimos años: el choque femoroacetabular (CFA). Esta patología, que puede pasar desapercibida, es un factor clave en el desarrollo temprano de artrosis de cadera.
A continuación, desde la clínica del Dr. Pablo Subirán, traumatólogo en Pontevedra, le contamos todo lo que precisa saber al respecto.
¿Qué es el choque femoroacetabular?
El choque femoroacetabular es una afección en la que el fémur (hueso del muslo) y el acetábulo (la cavidad de la pelvis que forma la articulación de la cadera) no encajan o se mueven de manera fluida. En lugar de ello, al realizar ciertos movimientos de flexión o rotación, chocan entre sí.
Este roce constante y anormal puede dañar el cartílago que recubre la articulación y el labrum, un anillo de fibrocartílago que ayuda a estabilizar la cadera. Es un problema de origen biomecánico que, si no se trata, provoca un desgaste progresivo.
Tipos de choque femoroacetabular
Existen tres tipos principales de CFA, a menudo combinados en una misma persona:
- Choque tipo Cam. Se produce cuando la cabeza del fémur no es perfectamente redonda y tiene una protuberancia, o "joroba", en el borde. Este abultamiento choca contra el acetábulo durante la flexión. Es más común en hombres jóvenes y deportistas.
- Choque tipo Pincer. Este tipo ocurre cuando el borde del acetábulo tiene un crecimiento excesivo que cubre demasiado la cabeza del fémur. Al mover la cadera, el fémur "pellizca" o choca con este borde prominente. Es más frecuente en mujeres de mediana edad.
- Choque mixto. Es la forma más común, combinando las características de los tipos Cam y Pincer.
Síntomas y diagnóstico
El síntoma más característico del CFA es un dolor sordo y profundo en la ingle que puede irradiarse hacia la parte externa de la cadera o el muslo. Suele manifestarse con la actividad física, especialmente al practicar deportes que implican movimientos repetitivos de la cadera, como fútbol, artes marciales o hockey. El dolor también puede aparecer al sentarse por períodos prolongados, al entrar o salir de un coche, o al ponerse los zapatos.
El diagnóstico se realiza a través de un examen físico, donde el especialista evalúa el rango de movimiento de la cadera. Además, se solicitan radiografías y, en algunos casos, una resonancia magnética para visualizar el daño en el cartílago y el labrum.
¿Necesita ayuda con su dolor de cadera?
Si usted o alguien que conoce padece de dolor de cadera persistente, no lo ignore. El Dr. Pablo Subirán, traumatólogo especializado en cirugía de cadera, ofrece un diagnóstico preciso y opciones de tratamiento personalizadas. Le invitamos a solicitar una cita en nuestra consulta en Pontevedra para evaluar su caso y trazar el mejor camino hacia la recuperación.